Adolescentes

Fotolia_15688634_XSEl cambio de la niñez a la adolescencia no es un cambio fácil. Es un momento de la vida en el que es frecuente sentir emociones muy fuertes y que haya enfrentamientos entre las generaciones jóvenes y la de los adultos. Los cambios físicos aparecen a partir de los diez u once años en las mujeres y un poco después en los varones. Debido a la velocidad de la transformación del cuerpo, muchos adolescentes están preocupados por su apariencia. Debido a ello, el cuerpo puede ser una fuente de problemas y malestar.

Es frecuente que los padres no comprendan estos cambios y  que los adolescentes no sean capaces de explicarlo. Esto a veces provoca que se sientan incomprendidos y que cierren la comunicación con los padres.

Además de cambios físicos, también hay fuertes cambios emocionales, que resultan incómodos para el adolescente y el entorno familiar. Es, además,  un momento en el que ellos deben construir una nueva subjetividad, cambiar sus categorías, dudar de los conceptos establecidos y en muchas ocasiones también rebelarse contra la autoridad, para poder construir su propia forma de ser en el mundo.

En esta época, los iguales (los amigos), son lo más importante. Es así, porque con ellos construirán esta nueva visión, y comenzarán a conocer el mundo por primera vez sin ir de la mano de sus padres. Por todo esto, es un momento en el que se separan en cierta medida de sus padres, dando más importancia a sus amigos. Esto se traduce en más tiempo de hablar por teléfono o estar en el ordenador. Evidentemente, esto molesta a los padres, que no comprenden el cambio y sienten que están siendo desconsiderados. Todo esto hace que el entorno familiar sea más inestable.  Al ser todo nuevo para ellos, muchas veces se encuentran con dificultades que no saben cómo resolver. En estos casos, suelen manifestar su ansiedad como mal humor, enfado, etc.

Es importante encontrar un equilibrio que permita a los adolescentes independizarse y construir su mundo,  aunque los padres continúen poniendo límites.

Es importante señalar que, aunque hay características comunes en los adolescentes, cada uno lleva su ritmo y es importante reconocer la particularidad de cada sujeto. Desde este marco entendemos la problemática adolescente, y acompañamos y ayudamos a calmar el sufrimiento.